Podemos
seguir cerrando los ojos para no ver que está pasando, pero el Arte
Urbano cada día ocupa mayor presencia en los circuitos tradicionales del arte.
Aunque
no lo parezca, el festival Mulafest,
evento por antonomasia del Street Art en
nuestro país, va copando posiciones y haciéndose
un hueco en el mercado del arte. Ya sabíamos que el común de los mortales,
el llamado gran público, siente, se identifica y acoge esta manifestación
artística surgida en las calles de forma ilegal, como propia.
Es normal
encontrarse a menudo con la discrepancia en la punta de la lengua sobre el espejismo
del arte contemporáneo, debate que apenas se batalla en torno al arte urbano. Y
eso se nota.
Exposición del mural participativo de Ricardo Cavolo. |
El
Mulafest, que tuvo lugar este año durante
los días 25 al 28 de junio, es una celebración de la cultura urbana en su
sentido más amplio, que cuenta con una buena legión de seguidores. Su
manifestación artística más popular, el Arte Urbano, cuyo interés no ha hecho
sino crecer desde su aparición, también lo ha hecho entre aquellos sectores o
instituciones conservadoras que un dio lo relegaron a las tinieblas queriendo
sepultarlo bajo los designios de un “arte menor” (en el peor de los casos, sin
el sustantivo “arte” por delante).
Los índices de ventas, los records alcanzados en subasta, el interés de los coleccionistas por adquirir
este tipo de arte (temerosos de que de verdad comience a
contar en mercado) y la cercanía y el interés con el que lo acoge el público,
ha empezado a cambiar el panorama de este festival y de la existencia misma del
arte urbano. Ahora son estos sectores tradicionales
de los que hablábamos, los que comienzan a querer estar.
Si
las casas de subastas patrocinan
artistas urbanos y tienen stand en un festival como Mulafest, es que algo está
cambiando.
Stand de Duran Subastas en Mujafest. |
Duran Subastas aparecía en
el recinto del IFEMA como patrocinador de algunos artistas como Sfhir y con stand propio, donde no
faltaban obras a la venta (con precio incluido) de este mismo artista y de
otros como Pastron7.
Eso
sí, nos encandiló la técnica y la habilidad del artista Sfhir, que me hizo cambiar
la percepción de lo que supone la realización de una obra de arte urbano,
transformando en mi mente la imagen establecida del spray vaporizándose sobre
los muros, por el carboncillo, la paciencia y el trazo minucioso del artista.
El tríptico metafórico que dejaba en el lienzo central a una diosa con piel de
lobo, incluía la técnica de la luz ultravioleta sobre la pintura, que al
reaccionar creaba una imagen corrosiva cercana a la radioactividad, muy de
acuerdo con ambientes urbanos y underground.
No os perdáis su obra y los millones de técnicas que utiliza en sus shows e
instalaciones o los soportes sobre
mobiliario industrial que interviene con su estética y animalario
característico.
Sfhir trabajando en su tríptico. |
Hablando
de la introducción de los circuitos
tradicionales en el arte urbano o viceversa, encontramos la iniciativa más
emocionante a ojos de los amantes de museos. No es la primera vez que un museo
participa en estos tejemanejes, pues ya se cuenta con precedentes como la
intervención del artista Dadi Dreucol en el CAC Málaga o la reinvención en
clave de Arte Urbano de los carteles míticos de Casas organizado por Museo Thyssen Málaga.
Pero
esta vez es el museo el que sale de su
burbuja, abandona su comodidad y se desplaza a un territorio ajeno para
empaparse de arte urbano. El experimento pareció funcionar, si por
funcionar se entiende acercar al público a la idea de museo en otros ambientes
que no son el propio, y que otro tipo de público entienda estos continentes de
arte como algo móvil, cercano y con voluntad transformadora. No sé si
suficiente, pero es un comienzo.
Hablamos
de la iniciativa que el Museo Thyssen llevó al IFEMA con la
idea de reinventar una de las obras de su exposición temporal “Zurbaran: una
nueva mirada”. Para ello contaron con tres artistas contemporáneos que
reinterpretaron en vivo durante el festival la obra “Santa Casilda”, del pintor
barroco.
El
artista plástico Ricardo Cavolo, el
joven ilustrador Simmon Said y la
artista Carla Fuentes, fueron los
elegidos. Obviamente lo más interesante fueron las diferentes versiones que los
artistas crearon en sus murales, al aplicar técnicas y estilos dispares para
contar la historia de Santa Casilda,
hija de un rey árabe que fue martirizada en 1807 por convertirse a la religión
cristiana.
Resultado de la actividad del Museo Thyssen "Zurbaran: Una nueva mirada". |
Por
suerte, me encontré con Simmon Said
trabajando en su mural y cambiando los tintes claroscuros del maestro Zurbarán por los colores propios del
movimiento modernista vienes. Mientras Santa Casilda se transformaba en una
diosa al más estilo Klimt, me contó
de viva voz que significó para él trabajar en este proyecto impulsado por el
Museo Thyssen.
Por otro lado, el resultado de la versión de Ricardo Cavolo para Museo Thyssen fue de la mano de la creación de ese mundo propio surgido de una estética circense y de su visión urbana que inunda todas sus obras. Además este año pudimos disfrutar del mural participativo creado para la pasada edición de Mulafest de más de 26 metros de largo (arriba en la foto).
Por otro lado, el resultado de la versión de Ricardo Cavolo para Museo Thyssen fue de la mano de la creación de ese mundo propio surgido de una estética circense y de su visión urbana que inunda todas sus obras. Además este año pudimos disfrutar del mural participativo creado para la pasada edición de Mulafest de más de 26 metros de largo (arriba en la foto).
Reseñable es también la presencia de algunas marcas internacionales de productos de pintura especializada, como Liquitex, que patrocinaron el mural de Cavolo y que tiene como buena costumbre patrocinar a artistas dotándolos con material innovador.
Los murales de estos tres artistas, junto al cartel del
propio museo, creaba un cubo en cuyo interior se encontraba una instalación luminoso-floral como
alegoría al momento en que Santa Casilda es descubierta ayudando a los
prisioneros cristianos de su padre en el momento en que les llevaba alimentos y
que por obra divina se conviertieron en flor.
En un festival de estas dimensiones, también tienen cabida las iniciativas solidarias que creen en el cambio social a través de la cultura, el arte y la creatividad. Esto es lo que promueve Motores para el Cambio, luchando por impulsar un mundo mejor de la mano de la Fundación Voces, organización sin ánimo de lucro, que lucha contra la pobreza con la fuerza transformadora del arte y la cultura.
Ahí es donde me topé con Mister Piro, que colaboraba en este proyecto con la realización de
un mural en vivo. Me atraparon sus acuarelas
como reinvención del grafiti tradicional, sus pinturas diluidas que dotan
al arte urbano de una nueva dimensión al incorporasen técnicas tradicionales
que se suponen, ajenas al arte urbano.
El spray ya no es el rey del arte callejero. Sorprende la juventud del artista y su trayectoria afianzada, pues como dice el famoso tango “Que 20 años no es nada”. También tiene su propia visión sobre la entrada del Arte Urbano en este tipo de festivales y en otros espacios como las galerías.
Mister Piro trabajando en su mural para "Motores para el cambio" |
El spray ya no es el rey del arte callejero. Sorprende la juventud del artista y su trayectoria afianzada, pues como dice el famoso tango “Que 20 años no es nada”. También tiene su propia visión sobre la entrada del Arte Urbano en este tipo de festivales y en otros espacios como las galerías.
Las galerías tampoco
quieren perderse el espectáculo.
Algunas abrazan el arte urbano como de soslayo, sabedores de su introducción
pujante en el mercado del arte, pero pocas se dedican en cuerpo y alma y a
jornada completa a representar artistas urbanos. Aquí es donde mi debilidad se
centra en la galería madrileña
Espositivo.
Su
elenco de artistas jóvenes y emergentes se complementa a la perfección con
otros de larga trayectoria internacional como el artista Borondo. Han conseguido poner en el panorama del arte urbano
español a artistas como el italiano Nemos,
cuyos trabajos en las fachadas de la
capital comienzan a ser respetadas incluso cuando hay obras de por medio.
Desi Cibera o
An Wei aportan la frescura y las ganas de los que comienzan, pero cuya maestría
hace pensar en carreras de larga trayectoria y que tienen como eje centrar de
su arte, el retrato.
Fueron
la única galería que instaló dentro de sus paredes una pequeña representación
de su espacio en Madrid y sus shows en vivo durante todo el festival hacían que
uno tuviera ganas de quedarse allí para siempre.
Trabajo en directo de Desi Civera para Mulafest. |
La
artista invitada, María Capdevilla,
atrapaba con sorna la crítica a los
desmanes y lujos de la sociedad y los valores sobrevalorados de la juventud y la
belleza con sus figuras grotescas y envejecidas.
Imprescindible, si no olvidamos que el arte urbano siempre fue de subversión,
crítica y protesta.
María Capdevilla para galería Espositivo. |
Un
lugar para no perderse, más allá de festivales y del mundanal ruido. Para que
algo funcione tan bien, tiene que haber una orquestación de fondo y eso le
pertenece a las impulsoras del proyecto de Espositivo. La galerista, comisaria
y comunicadora cultural Patricia Galán nos
contó un poco más de su puesta en escena en el Mulafest.
La presencia de otras galerías orientadas al Arte urbano dotaron de color y consistencia la presencia del Arte Urbano en el festival, especialmente Swinton Gallery, La fiambrera o Gunter Gallery.
Lo
más interesante a la hora de analizar un festival de este calibre es sin duda
su constante reinvención, su sed por incorporar lo viejo a lo nuevo y su avance
de paso tímido pero firme, por situar el Arte Urbano donde se merece. El Street
Art no va a irse a ningún sitio y va ganando terreno a las tradicionales estructuras
del mundo del arte, que poco a poco van rindiéndose a sus pies.La presencia de otras galerías orientadas al Arte urbano dotaron de color y consistencia la presencia del Arte Urbano en el festival, especialmente Swinton Gallery, La fiambrera o Gunter Gallery.
Genial post. El arte urbano tiene que tomar espacios, sin olvidar su raíz y manteniéndose en ella. Tuve la oportunidad y el placer de ver a Dadi en Málaga el año pasado y estoy deseando poder ver a Marina Capdevila, me encanta su acidez y cómo se desenvuelve, es una maravilla. Seguiré leyéndote. Gracias Angelica.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola Alicia! Gracias por tu comentario, así dan más ganas de escribir ;) Si estás por Madrid y te apetece ver buen arte urbano en otros contextos, te recomiendo la galería @Espositivo, que es donde colaboró Marina Capdevilla para el Mulafest y que además lleva a artistas como el gran Borondo.
EliminarEn The Art Market también escribo cosillas de Arte Urbano, por si quieres echar un vistazo y para estar al tanto del blog, puedes suscribirte si te apetece.
http://theartmarket.es/arte-urbano-subastas/
Para cualquier cosa, ya sabes donde encontrarme.
Qué buen post, el Arte Urbano es genial!
ResponderEliminarSomos Los Arrumacaos, una pareja de jóvenes inquietos que han decidido viajar buscando experiencias que no parezcan tener explicación lògica!
Nuestro compañero de viaje debe cumplir tres requisitos sin los cuales no es recomendable acceder a este blog.
Primero: no se debe padecer escepticismo extremo. Nuestro acompañante perfecto buscará explicaciones y, si no las encuentra, culpará a un ente misterioso.
Segundo: debe ser valiente. Viajar con nosotros es sinónimo de llegar lejos aunque dé miedo.
Tercero y último: no debe ligar la valentía a la seriedad. Nunca. Si algo le falta a este canal es, precisamente, la formalidad (que no el respeto).
Estamos cansados de no encontrar una buena película de terror, asi que hemos decidido ir a buscar, cámara en mano, algo que de verdad nos asuste.
Así empieza nuestra aventura...
http://losarrumacaos.blogspot.com.es/2015/07/nuestra-primera-aventura.html
Gracias por vuestro comentario! Buena suerte con vuestro proyecto y aventuras ;)
EliminarMe paso por vuestro blog
Saludos!